domingo, 21 de diciembre de 2008

¿Que de dónde amigo vengo?

O algo así, en realidad no me sé la canción. Pero desde donde estoy, quisiera mandarles un fuerte, apretado, cálido y delicioso abrazo. Felices fiestas, pásenla muy bien. Ahí les dejo unas bellas fotos, las que están del nabo las tomé yo. Tengo mucho gusto en presentarles Urnäsch, un pedacito de Suiza que nos enamoró y al que prometemos regresar en banda cuando no esté nevando tanto.

Bonus: Localiza a la estúpida que no vuelve a tomarse una foto mientras nieva. Tip: usa gorra cubana en una foto y trae chamarra roja en otra.















Nos veremos el año que entra. Yo, me la seguiré pasando mal, jeje.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

El dichoso meme

Las reglas:

1.- Poner las reglas en tu blog.
2.- Compartir seis cosas que me gusten y seis que no me gusten.
3.- Elegir seis personas al final y poner los enlaces a sus blogs.
4.- Avisar a estas personas dejando un comentario en sus blogs.

Con éste texto (gracias, amado Copy&Paste), mi recién casada amiga Gaby-ota me invita a unirme a algo que los bloggeros de alcurnia, los de alta escuela, los de mucho vuelo... ¡los "meros-meros", vaya! han posteado alguna vez en su página. Un meme... ¿un... what? Bueno no sé lo que es, pero acatando las escuetas instrucciones de Gaby-ota, me dispongo a informarles a mis 4 (ocasionalmente 5) lectores:

Lo que me gusta:

1. Me gusta mucho el café. En todas sus formas. Es un vicio que tengo muy arraigado desde que, en prepa, mis amigas me presentaron al más seductor de los brebajes. Lo malo es que, después de cada taza, y para conservar la "sonrisa Colgate", debo hacer una rápida incursión al baño, aunque sea para hacerme un enjuague veloz y seguir deslumbrando al mundo con mi sonrisa "insanely white", muy al estilo de Ross Geller.

2. Me gusta amanecerme de repente haciendo nada... o todo... o algo específico. El caso es que hay ocasiones en que, sin ningún motivo en especial, pongo música y me tiro a soñar despierta. O me devoro una novela que no he podido terminar por no tener tiempo para leer. O decido que estoy en el "Cositas Mood" y me pongo a bordar o a hacer adornos navideños en pleno Marzo. O me amanezco creando story-boards de productos que ni existen, pero fantaseo que se gana todos los premios habidos y por haber. O decido que no me gusta el orden de las conservas de la alacena y cambio todo de lugar. Pero creo que en el fondo me gusta mantenerme ocupada para ser de las primeras afortunadas personas que ven un amanecer... con mi café en la mano, claro.

3. Me gusta consentirme bien cañón. Pero a lo grande, a lo Paris Hilton. Reservo mi fin de semana para hacerme desde las pestañas hasta los dedos de los pies. Los masajes son mi perdición, podría asegurar que los he probado todos. Lo bueno es que no lo hago muy seguido porque quedaría en la ruina.

4. Me gusta sentir que contribuyo a hacer de éste un planeta más limpio para los demás, aunque yo a los demás les valga pepino. La mayor parte de lo que consumo es orgánico. En mi automóvil llevo mi bolsa muy mona para mis compras del super para no consumir ni siquiera papel. Uso el auto lo menos posible. Me baño (y muy bien bañada) en 6 minutos y medio. Separo la basura metódicamente en 7 categorías diferentes (cosa que asombra a mi adorado tormento). Recojo hasta la basura que ni es mía. Soy todo un caso clínico y, releyéndome, me doy penita por nerd.

5. Me gusta Halloween. No sé ni cómo explicarlo, pero es mi festividad favorita. Y la caja que guarda mis adornos de Halloween es tres veces más grande que la de adornos navideños. Y sí me gusta Navidad, pero en menor medida.

6. Me gusta el frío. Me encanta sentir que voy vestida con capas y capas de prendas abrigadoras, o sentir el peso de varios cobertores a la hora de dormir. Pero lo que más me gusta del frío es el desenfado con el que me paseo por toda la casa con mis provocativos mamelucos con dibujitos para toda ocasión que bastante trabajo me ha costado conseguir.

Lo que no me gusta:

1. No me gustan los malos olores. Soy "vomitona" por convicción y un olor desagradable cerca de mí traerá consecuencias funestas. Por ésto, y porque la verdad sea dicha soy bastante odiosa, siempre cargo en mi bolso toallitas perfumadas... ¡agh... la odiosa!

2. No me gustan los bichitos. Las arañas, los grillos, las moscas, los gusanos, las palomitas, las catarinas, las hormigas y un largo etcétera me dan "kiki", me asustan y me dan asco. El único bicho que soporto es mi lombriz intestinal y eso porque ya somos grandes amigas.

3. En mi trabajo, es muy común el "name-dropping". No me importa si conoces al director general desde que eran niños, ni me importa si te codeas con lo más podrido de la política o lo más rancio de la realeza. La gente que se siente realizada a través del nombre o de la importancia de los demás es mediocre a más no poder.

4. No me gustan las fiestas sorpresa, lo que supone un gran desencanto para mis amigos. Les costó 3 fiestas a mis allegados el comprenderlo. Y aún recuerdo con morboso placer que de cada una de ésas fiestas me enteré un poco antes y nunca aparecí... je, je... Sufran, canallas.

5. No me gusta La Lista de Schindler, ni el Titanic, ni la historia de Anna Frank ni nada que tenga que ver con el sufrimiento humano. Bastante tengo con mis miserias, gracias.

6. Tampoco me gustan las pelis de terror. Y no tiene que ver con el sufrimiento humano (que es bastante), es que sí soy miedosilla.

Ahí está, amiga. Me tardé pero... ¡bueh! Ya me conoces. Y seguramente me caerá una maldición, porque no sé a quién enviárselo. Fin.

sábado, 8 de noviembre de 2008

Reflexiones

Mientras Gaby-ota me esclarece qué demonios es un "meme" y qué debo hacer, haré una reflexión...

...

Ya. Era personal. Y otra reflexión (ésta sí es para todos):

Siempre me pasa. Pero últimamente me ha sucedido más. Deben ser los años que llevo casada. Pero no falta en las reuniones la tía-metiche-pobredetí que me pregunta con ese tonito dulzón que odio: "¿Y ustedes? ¿Para cuándo los hijos, eeeeeeeeeeeh? Si se tardan, tendrán nietos, jijiji". Estúpida, qué graciosa.

La verdad me da miedo. Es un miedo terrible que me atenaza la garganta, me hace sudar frío (¿les ha pasado o mi desodorante es súper cool?), me despierta por las noches y se agazapa en los rincones de mi mente para aparecer cuando más tranquila estoy. Y es que con el terrible background de mi familia, lo más probable es que lo que engendre para la posteridad sea algo muy parecido a ésto:



Los quiero. Por eso no tengo descendencia. Dios nos libre.

viernes, 3 de octubre de 2008

Mis bolas

Algunos de los que se casaron deben tener recuerdos de sus regalos de boda... ¡Ah, que cosa tan bonita! Yo recuerdo haber recibido cosas muy útiles (no, el aparatejo para hacer tortillas llegó despues) como un juego de cuchillos para quesos, las velas aromáticas, cuadros, electrodomésticos, vasos, y un largo etcétera. Pero entre las cosas raras que me regalaron, ésta se lleva el lugar de honor:




O sea, ¿qué es eso? La verdad, le pregunté a mi amiga y me salió con un rollo de que si las semillas representan la fertilidad, y que si la redondez del planeta y la comunión con la Madre Gaia, y que si los celtas, y que si los druidas, y que si los chamacos te salen bien bonitos, y que si la conservas serás más fértil que una madre italiana, y que si la mamá del muerto... En fin, que yo creo que quiso ser muy original y no pensó que le preguntaría alguna vez qué onda con las bolas.

¿Qué hago con ellas, amiguitos?

martes, 2 de septiembre de 2008

Pasen, ésta es su casa...

Bueno, soy el colmo. Un mes y nada de reportarme. Igual me vale pepino, pues ni en mi casa estoy... pero curioseando en mi cámara, me encontré unas fotos de mi "jom-suit-jom". Permítanme sus abrigos, les voy a dar un pequeño tour.




Esta es la vista de mi sala y comedor entrando desde la calle, a su derecha hay unas escaleras (no sé si se aprecian, porque yo nomás veo un código enorme en mi pantalla), al fondo está un jardincito dónde Maximus Perrus solía estar... snif...




Otra vista fenomenal (jojo) de mi sala, la cual casi siempre está así, porque ni el flaco ni yo estamos mucho en la casa. En donde sí solemos coincidir es en éste lugar:



Sí, señoras y señores. Este es el salón de actos. Espectacular lugar en donde se realizan las acrobacias y números circenses más escalofriantes que el ojo humano haya contemplado jamás. Ash... ok, es mi recámara, simplemente.


Uno de los lugares que no evito (porque soy una persona valerosa y con capacidades que el grueso de la población mundial no tiene) es la cocina. Me he dado a la tarea de dominarla, subyugarla, domesticarla, hacerle entender quién tiene el control. Ya entendí que de momento ella gana... ¡Pero algún día venceré! Y para muestra, varios botones:



No son mojoncitos de perro... ¡Son galletas de chocolate!


Este fue un regalo de mi madre. A veces no comprendo su sentido del humor.


Y ya... me cansé. Extraño mi casa.

viernes, 1 de agosto de 2008

Bond, Jane Bond

... - George, I didn't tell you my dress was lavender.

- Suddenly, a familiar song. (Música de fondo, la mejor versión)
Then, you're off your chair, one exquisite movement... wondering, searching... sniffing the wind like a dotted deer. Has God heard your little prayer? Will Cinderella dance again?

And then, suddenly, the crowd's apart... And there he is: sleek, stylish... rrrrradiant with charisma. Bizarrely, he is on the telephone (A telephone? A brick, it is!), but then, so are you.

And he comes towards you. The moves of a jungle cat. And although you quite correctly sense that he is... gay (!); like most devastatingly handsome single men of his age are, you think: "What the hell. Life goes on".

Maybe there won't be marriage. Maybe there won't be sex (Damn!) ... But, by God! There'll be dancing...

... (Risa, baile, tres vueltas "Fredastairescas")

... Bond, Jane Bond...



El consenso general, es que la mejor escena de ésta película es aquella en la cual todos cantan, muy contentos en un restaurant "I say a little prayer". No para mí.

En verdad, la última es la mejor escena. Y es de la cual saqué el nickname que adoro... lo malo es que "Jane Bond" y estaba tomado en Yahoo!, y en mi afán de encontrar un nick lo más parecido a ése, lo modifiqué hasta el resultado que ustedes conocen. Y todos aquellos que parlan inglés saben que la pronunciación de mi nick es diferente ¡Pero me vale! ¡Es lo más parecido que encontré! Sniff...

¡Ah! ¿Y qué decir de Rupert Everett? Pues nada, que si yo fuera hombre y fuera gay... ¡A éste ya me lo hubiese tirado, carajo! Me en-can-ta.

miércoles, 23 de julio de 2008

Crista Galli

Allá por los 90's, era yo una escuincla bastante rara... ¡pero con coche! ¡JA! Lo primero que le pedí (supliqué) a mi santo padre fue un equipazo de sonido (¿Cuál? Yo que sé, le dije que lo escogiera) y a manejar como loquita por la carretera de la Presa Madín. Yo no sé cómo no me estampé, pues ya le picaba aquí al estéreo, ya le picaba allá, le subía, le bajaba, retrocedía... ya me entienden, ¿no?

Una de mis escapadas favoritas era *inserte suspiro* el LUCC, en la calle de Perpetua, al ladito del Teatro de los Insurgentes. Mis amigas me acompañaban porque sabían que entre toda la fauna seguro salían con ligue. A mí me encantaba el aspecto de vecindad del LUCC, con barra de Coronitas, vasos desechables y palomitas aguadas, y una cortina como de baño que separaba el... hum... "lobby" del "centro de espectáculos". Mi lugar preferido era arriba, para observar el ritual dancístico que se celebraba en la pista... puro "head banger" y "slammers" de alta escuela. En éste lugar escuché (y llegué a conocer) por primera vez a Crista Galli, un grupo que tenía la única canción que escuchaba en el coche una y otra vez.

Del rock mexicano, creo que era una banda con muchas posiblidades, pero al parecer con pocos conectes, aunque ganó no sé que concurso de Yamaha en Japón...creo.

Pues ésta canción es la que me pone la nostalgia al máximo, con mis escapadas nocturnas en el coche, la música a todo volumen en la carretera (sateluca al fin), los cristales hasta abajo y cantando a voz en cuello:

"Bajo la lunaaa, bajo la luna llenaaa aah". Brindo por Crista Galli.



Mi papá, que aprendió español en su infancia en el Heroico Puerto de Veracruz, y lo perfeccionó arreando ganado en Sinaloa, me reprochaba con dulzura: "¿¿PARA ESO QUERÍAS TANTO PINCHE ESTÉREO, CHINGAO?? ¿¿¡¡PARA UNA SOLA CANCION PEDORRA DE MIERDA!!??" Nótese la falta de coma, lo cual indica que la pedorra de mierda era la canción, no yo. Bueno, eso espero.